El pasado 1 de diciembre, la cadena de televisión CNN publicó un interesante video-reportaje sobre el plan estratégico que la ciudad de El Paso, en Texas, viene siguiendo desde hace varias décadas y que está a punto de completar una nueva fase, la utilización de agua regenerada como fuente de consumo humano.

El excelente reportaje contiene un video ilustrativo en los que se describen las visiones de diversos responsables de la gestión del agua en El Paso, e imágenes de los panoramas casi desérticos de la ciudad y de las instalaciones de regeneración en proceso de explotación. Es de especial interés el gráfico descriptivo de la evolución del consumo doméstico de agua desde el año 1985, cuando alcanzaba los 775 L/hab-día, hasta el año 2017, cuando alcanzaba los 485 L/hab-día, y hasta la previsión para 2030, estimada en 445 L/hab.día. El gráfico indica que el consumo unitario en 2013 había disminuido en un 35 % y que El Paso utiliza menos agua en estos momentos que hace 24 años, a pesar que su población ha aumentado en 170.000 personas desde entonces.

El artículo contiene diversas reflexiones sobre la situación y las perspectivas de la reutilización potable directa de agua en El Paso, que se resumen a continuación.

Bebiendo efluente secundario tratado

En estos momentos, El Paso está preparado para entrar en una nueva fase de ampliación de su gama de suministros de agua. Está construyendo un sistema en circuito cerrado que permitirá tratar efluente secundario y convertirlo en agua de consumo humano. Entre los profesionales del agua, esta estrategia se conoce con el nombre de “reutilización potable directa” o también de “purificación avanzada”.

En palabras del director técnico de El Paso Water, “es el siguiente paso lógico que hemos de tomar”. El Paso, Orange County en California, Scottsdale en Arizona y diversas otras empresas de agua del país están tratando efluentes secundarios e inyectándolos de nuevo en un acuífero desde donde es posteriormente extraído para el consumo humano. El director técnico estima que el agua puede tardar unos cinco años en percolar por el acuífero de El Paso, antes de ser extraída y sometida a un tratamiento de potabilización que la adecue para el consumo humano.

Aunque el agua así tratada se utiliza frecuentemente para riego y usos industriales, El Paso está construyendo una instalación capaz de asegurar un circuito cerrado; en lugar de inyectar el agua regenerada de nuevo en un acuífero, será sometida a un proceso adicional de filtración y luego introducida de nuevo en las conducciones de agua de consumo público.

En palabras del director técnico, “es evidente que esta agua es transparente y de buena calidad. El siguiente paso que hemos de acometer es tomar esta agua de gran calidad, producida en unas instalaciones de última generación, y someterla a un pequeño tratamiento adicional mediante una serie de procesos múltiples de tratamiento, de modo que podamos beberla”.

La Agencia de Protección Ambiental (USEPA) estima que el volumen de agua residual producida en las grandes ciudades puede representar entre un 50 % y un 60 % de todo el volumen de agua suministrado, lo que representa una fuente de recursos muy importante para ciudades como El Paso, que están sedientas de agua.

Para asegurarse que el agua así producida está desprovista de microbios y patógenos, el efluente secundario es sometido a múltiples etapas de filtración, de desinfección con luz ultravioleta y de filtración en carbón activado. Los estudios realizados han permitido observar que el agua tratada tiene de hecho una menor presencia de contaminantes que el agua bruta captada de los ríos o los lagos.

Los intentos realizados por otros municipios de Texas y California para implantar la “reutilización potable directa” no han llegado a despegar, debido al efecto de repulsión que generan entre los usuarios. En palabras de un representante de la Water Research Foundation, la complicidad de la comunidad es esencial para conseguir la aprobación de estos proyectos, “Estas son agencias públicas, que pertenecen al público. Por tanto, conviene involucrar al público en su realización”.

El legado de Ed Archuleta, director de la compañía publica El Paso Water desde 1989 hasta su jubilación hace unos años, en temas de ahorro de agua y educación de la ciudadanía han sido determinantes de la evolución seguida por la gestión de los recursos hídricos en El Paso hasta este momento. “Todo el mundo puede ver que estamos en el desierto, que estamos en una zona con un clima árido. La lluvia es escasa, de modo que hemos de decir a nuestros abonados que estamos haciendo todo lo posible y utilizando todos los recursos hídricos disponibles a nuestro alcance para tratarlos y hacerlos seguros para su consumo. De este modo, las personas lo aceptan muy favorablemente”.

La previsión es que, para el año 2030, la disponibilidad de recursos hídricos para El Paso Water incluyan un 10 % de agua desalinizada y un 6 % de agua purificada avanzada.

En palabras del director técnico de esta empresa pública, esta situación no solo representa el futuro de El Paso, sino el futuro de muchas otras ciudades que están en búsqueda de agua. La tecnología nos ofrece la posibilidad de tratar el agua hasta un nivel de calidad muy alto, capaz de hacerla segura para su consumo humano. El agua está realmente alrededor nuestro en cada una de nuestras ciudades”.