La página web del Banco Mundial publicó el 15 de septiembre pasado el informe titulado Water in Circular Economy and Resilience (WICER), una iniciativa de la Práctica Hídrica Global del Banco Mundial cuyo objetivo es ayudar en la adopción e implantación de los principios de la circularidad y la resiliencia en las ciudades de todo el mundo.

A continuación se presenta el texto de la noticia en español, para facilitar su lectura por los seguidores de ASERSA.

La crisis hídrica actual es una de los mayores retos de nuestro tiempo. Los retos hídricos son especialmente remarcables en zonas urbanas, donde por primera vez en la historia vive más de la mitad de la población mundial. Se ha estimado que la población urbana mundial se duplicará en el año 2050 – un aumento con serias implicaciones para la demanda urbana de agua. La demanda urbana de agua, que en estos momentos se sitúa entre el 15 % y el 20 % del consumo global de agua, está previsto que alcance un 30 %. Un aumento del uso urbano del agua resultará en una mayor producción de aguas residuales y de contaminación del agua. El cambio climático acentuará todavía más el estrés hídrico pre-existente y está ya teniendo un efecto detectable en el ciclo urbano del agua – alterando la cantidad, la distribución, la variación temporal y la calidad del agua disponible. Los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento de aguas residuales, que son atendidos frecuentemente por entidades públicas, habrán de soportar las consecuencias de estos retos, además de los problemas de rendimiento registrados por numerosas entidades del sector público.

Los principios de la Economía Circular han surgido como respuesta al modelo linear insostenible actual de “tomar, hacer, consumir y tirar”. No obstante, hasta el momento, el sector del agua no ha sido incluido de forma sistemática en los debates de alto nivel sobre la estrategia de la economía circular. A efectos prácticos, un enfoque circular diseña productos que reducen la presión sobre los recursos naturales y minimiza los residuos. Los principios de economía circular ofrecen una oportunidad para reconocer y capturar todo el valor del agua (como un servicio, un aporte para otros procesos, una fuente de energía, y un portador de nutrientes y otros materiales).

El replanteamiento del agua urbana a través de la visión de la economía circular y la resiliencia ofrece una oportunidad para afrontar esos retos, adoptando un enfoque sistemático y transformador con el que ofrecer los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento de aguas residuales de forma más sostenible, inclusiva, eficiente y resiliente.

Para conseguir todos sus beneficios, un sistema circular de agua debe adoptar la resiliencia y la inclusividad. La resiliencia debe integrarse en cualquier estrategia circular como forma de preparar a las ciudades ante los cambios bruscos y estresantes imprevistos y así poder evitar los impactos indeseados de la interrupción o avería de los servicios de agua. A medida que los países en desarrollo continúan creciendo y urbanizándose, los países de renta media y baja deben ser ayudados en su transición hacia la economía circular, de modo que los grupos vulnerables puedan beneficiarse también de estas intervenciones.

El objetivo de esta iniciativa es establecer una comprensión común de los principios de la economía circular y la resiliencia en el sector del agua urbana y de ayudar a los países en la implantación de esos principios. El equipo (autor de este trabajo) ha desarrollado el Marco de Referencia (véase la imagen de la página web) del Agua en la Economía Circular y la Resiliencia (WICER) como guía para los profesionales que están incorporando estos principios en las políticas y estrategias, la planificación, la priorización de inversiones, y el diseño y la explotación. El principal informe de la iniciativa, titulado Water in Circular Economy and Resilience, describe los actuaciones esenciales que son necesarias para conseguir los tres principales resultados: 1) ofrecer unos servicios resilientes e inclusivos; 2) diseñar la supresión de los residuos y la contaminación; y 3) preservar y regenerar los sistemas naturales. La iniciativa ha desarrollado también diversos estudios de caso y ha reunido numerosos ejemplos, directrices y otros documentos de interés, que pueden consultarse en el informe y la sección de “Recursos” que aparece en la parte inferior de esta página web.

La aplicación de este marco de referencia ofrece no solo beneficios ambientales, sino también beneficios sociales, económicos y financieros. Los ejemplos presentados en el informe muestran que las inversiones en sistemas circulares y resilientes producen beneficios económicos y financieros y pueden ayudar a las entidades públicas a atraer financiación desde el sector privado. El informe presenta ejemplos como: empresas de agua que han re-evaluado el potencial completo de sus infraestructuras actuales – generando grandes ahorros en inversiones de capital que pueden posponerse; empresas de agua que han implantado le eficiencia energética y programas hídricos sin ingresos, recuperando las inversiones en menos de tres años, permitiendo un ahorro de agua y energía y aumentando el número de personas con acceso a sus servicios; empresas de agua que producen energía renovable y han conseguido la neutralidad energética; empresas de agua que recuperan recursos de las aguas residuales y son capaces de generar nuevas fuentes de ingresos mediante la venta de energía, agua, y fertilizantes que permiten cubrir los costes de explotación; municipios que se han asociado con el sector privado para restaurar cuencas hidrográficas y ofrecer servicios de saneamiento, entre otros.

El informe WICER resalta también el papel del sector del agua en relación con la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero a través, por ejemplo, de medidas de eficiencia energética y la autogeneración de energía renovable. El informe muestra que la aplicación de los principios de la economía circular y la resiliencia en el sector del agua urbana contribuye a la consecución de varios ODS y está también en consonancia con la agenda climática.

Para evitar quedarse bloqueado en sistemas lineales e ineficientes, los países de renta baja y media pueden dar el salto y aplicar el marco de referencia WICER como forma de diseñar e implantar sistemas hídricos circulares y resilientes desde un principio. Mediante la utilización del marco de referencia WICER, el Banco Mundial continuará ayudando y colaborando con países y ciudades a fin de generar un plan a largo plazo que se adapte a las comunidades respectivas.

El texto completo del informe puede descargarse en este enlace.

La página web interactiva de la Iniciativa sobre El Agua en la Economía Circular y la Resiliencia, puede consultarse en este enlace.