El Public Policy Institute of California (PPIC) ha publicado un reciente Informe Técnico en el que analiza los beneficios mutuos que el sector de los recursos hídricos puede tener mediane una colaboración mutua entre las ciudades y las explotaciones agrícolas. Según el informe, el futuro hídrico de ambos sectores podría alcanzar una mayor seguridad mutua si llegaran a compartir sus infraestructuras, y su forma de desarrollar y gestionar sus suministros hídricos. La página web del PPIC ofrece el Resumen del Informe, cuya traducción al español se adjunta para facilitar su lectura.

Resumen

El Valle de San Joaquín y las zonas urbanas del sur de California son dos mundos aparte en muchos aspectos. No obstante, ambos se enfrentan a unos retos hídricos crecientes, así como a un interés compartido por asegurar unos suministros de agua fiables y asequibles con los que proteger sus poblaciones y economías. El futuro de ambas regiones podría alcanzar una mayor seguridad hídrica si éstas pudieran colaborar entre sí y compartir las infraestructuras con las que desarrollan y gestionan sus suministros hídricos.

La creciente irregularidad climática está haciendo que aumente la preocupación por las sequías futuras. Dos importantes cambios en el panorama hídrico de California han generado nuevas oportunidades de colaboración entre los intereses urbanos y agrícolas. En las zonas urbanas, los importantes declives de la demanda de agua han disminuido la presión sobre muchas agencias del agua, durante los años normales y húmedos, pero haciendo que la fiabilidad durante las futuras sequías pase a ser una preocupación fundamental. En las zonas agrícolas del Valle de San Joaquín, con su sobreexplotación de acuíferos, la necesidad de gestionar la sostenibilidad de las aguas subterráneas está acrecentando el interés por aumentar los suministros de agua y la capacidad de regulación hídrica de los acuíferos.

Los acuerdos entre las ciudades del sur de California y las explotaciones agrícolas del Valle de San Joaquín podrían ayudar a aliviar la sobreexplotación de los acuíferos en el valle, a la vez que aumentar la resiliencia ante las sequías de las poblaciones del sur de California. Unos abastecimientos más flexibles pueden ayudar a las agencias a adaptarse a unas condiciones cambiantes. Mediante una coordinación adecuada de la ubicación de las inversiones en infraestructuras, las agencias podrían usar esos acuerdos para disponer del agua allí y cuando les sea más necesaria, y con el menor coste posible.

Este informe explora una variedad de soluciones que podrían beneficiar a ambas regiones. Para el Valle de San Joaquín, se examinan formas de aumentar los suministros de agua con los que facilitar la transición hacia la sostenibilidad de los recursos subterráneos, mientras que para las zonas urbanas del sur de California se exploran opciones con las que aumentar la capacidad de las ciudades para afrontar de forma efectiva unas sequías prolongadas.

Mediante la diversificación de los suministros de agua, la construcción de conexiones con las que compartir el agua de forma más flexible, y la preparación ante la posibilidad de registrar acontecimientos futuros extremos, esas alianzas permitirían implantar el conjunto de medidas de resiliencia hídrica propuesto por el gobernador Newsom, y prepararían el terreno para la realización de un esfuerzo compartido, capaz de hacer que el sistema hídrico estatal sea más resiliente ante un clima cambiante.