El diario La Vanguardia, en su edición digital del miércoles 7 de febrero publica un excelente artículo de Antonio Cerrillo, titulado “Cada viaje del barco cisterna costaba 280.000 euros en la sequía de 2008”, en el que se describe las implicaciones logísticas y económicas que comportaron los planes para aportar agua a Barcelona durante los primeros meses de 2008, con objeto de afrontar la sequía que se venía registrando en Catalunya desde al año anterior.

A continuación, se resumen las previsiones logísticas y los datos económicos que Antonio Cerrillo presenta en su artículo en La Vanguardia.

A partir de mayo del 2008 se inició el suministro marítimo; pero las lluvias empezaron a llenar los embalses; y todo ello cambió radicalmente la disponibilidad de recursos hídricos para el abastecimiento urbano. De esta manera, el 6 de junio de 2008, el director de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) decidió la rescisión de los contratos. Y, una vez que estos fueron liquidados definitivamente, los costes totales ascendieron a 17.159.450 millones de euros (IVA no incluido).

Prácticamente la mitad de esa suma que se pagó los contribuyentes se debió a la penalización por rescisión anticipada de los contratos (8.965.716 de euros), mientras el coste del agua en sentido estricto ascendió a 7.238.172 de euros y el resto se fue a alquileres, tasas, analíticas, laboratorios de vigilancia (algo menos de un millón de euros). Todos los gastos los asumió la ACA. No hubo aportaciones de las desalinizadoras del Estado.

En total, se hicieron efectivamente 24 viajes (18 desde Tarragona y 6 desde Marsella) y se transportaron 527.712 m³ [unos 22.000 m3/viaje], lo que supone el equivalente al consumo de agua de un día en la primera corona metropolitana de Barcelona (entendida como los 23 municipios servidos por Aigües de Barcelona, donde viven 2,9 millones de personas). En esta primera corona metropolitana se consumen unos 500.000 m³ de agua al día.

Las obras que se llevaron a cabo para afrontar la sequía del 2007-2008 tuvieron un coste total de 490,46 millones de euros; e incluyeron como principales actuaciones la conexión de la desalinizadora del Tordera en Blanes (inaugurada en 2002) con la planta potabilizadora de Cardedeu (115,33 millones), mejoras de cantidad y garantía del agua (112,46 millones), la apertura de pozos (72,43 millones) y la ampliación de la desalinizadora de la Tordera de 10 a 20 hm³ (51,89 millones). A ello hay que sumar el coste del transporte de agua en barcos, lo que totaliza 507 millones de euros.