El pasado 14 de enero, el portal ABC News de Australia publicó un excelente reportaje de Xanthe Gregory titulado “Las autoridades hídricas de Sidney impulsan la consulta sobre la reutilización del agua para conseguir reducir el recurso a los suministros de los embalses en el futuro”. El aumento de población y los retos crecientes provocados por los ciclos pluviométricos están estresando los abastecimientos de agua de consumo humano; la autoridad hídrica de Sidney afirma  que la solución podría ser la regeneración del agua residual.

A continuación se presenta en español el texto del reportaje.

El reportaje elaborado por Xanthe Gregory se inicia resaltando sus puntos principales:

  1. El agua purificada forma parte de un plan para diversificar las fuentes de agua de la ciudad, con objeto de asegurar su suministro durante las sequías.
  2. Diversas ciudades del mundo han venido usando de forma segura agua purificada durante más de 50 años.
  3. La consulta a la ciudadanía es esencial para atender sus preocupaciones sobre el grado de limpieza del agua.

No obstante, convencer a los australianos de que el agua regenerada – agua purificada procedente de las cocinas, duchas e inodoros para ser reutilizada – es segura para su consumo no ha sido siempre fácil. De acuerdo con la compañía de agua Sydney Water, un 80 % del agua residual del Sidney metropolitano se vierte al mar en estos momentos, después de tan solo un uso.

James Harrington, gestor del proyecto Sydney Water, informa que la principal fuente de agua de la región, el embalse de Warragamba, está experimentando una fuerte presión y es necesario implantar cambios. “Sabemos que estamos registrando unos ciclos climáticos impredecibles y que tenemos un gran crecimiento de la población, de manera que si no hacemos nada…habremos de hacer un gran esfuerzo para mantener el volumen de agua que necesitamos”

Durante la sequía de 2017 a 2020, los niveles del agua en los embalses bajaron un 50 % y de manera más rápida que en el pasado, por lo que el gobierno de New South Wales quiere diversificar las fuentes de agua de la ciudad, incluyendo agua desalinizada y agua purificada.

El plan a largo plazo de Sydney, descrito en la Estrategia Hídrica del Gran Sydney, es impulsar agua residual intensamente tratada hasta la fuente de agua de consumo humano de la ciudad, obtenida mayoritariamente de los embalses. En palabras del Sr. Harrington, “Eso es mucho más fiable y seguro en momentos de sequía, y si combinamos esa opción con otras fuentes independientes de la lluvia, como la desalinización, podremos prescindir de la dependencia de ese embalse en casos extremos”.

Actualmente, se está llevando a cabo un programa de seguimiento analítico de un año de duración, junto con un proceso de consulta a la población.

Una campaña de desinformación

Sydney Water informa que las personas han consumido agua purificada con seguridad durante más de 50 años en más de 35 ciudades, desde California hasta Perth. Pero los expertos indican que los debates sobre el agua purificada en Australia han estado muy politizados en el pasado.

El plan del anterior líder estatal de la oposición, Peter Debnam, consistente en incorporar agua regenerada y agua de escorrentía pluvial a las fuentes de agua de consumo humano de la ciudad, fue categorizada como una de las razones principales de su fracaso electoral de 2007 para la Coalición. El año anterior, se había celebrado un referendum en Queensland sobre la conveniencia de que la ciudad de Toowoomba iniciara un proyecto de purificación de agua. Más de un 60 % de los votantes respondió con un NO a lo que habría podido ser una primicia para Australia.

En palabras del Prof. Stuart Khan, director de ingeniería civil en la Universidad de Sydney, “Toowoomba se ha convertido efectivamente en un caso de estudio internacional sobre cómo no debe implicar a una comunidad en decisiones de largo plazo sobre los suministros de agua de consumo humano. Se llegó a creer que esta planificación se había realizado en secreto, que la comunidad no estaba comprometida, que la comunidad no había sido capaz de expresarse y opinar”.

Di Thorley, la alcaldesa de Toowoomba en aquellos momentos, indicó que una campaña de desinformación llegó hasta el punto de apodar la ciudad con el nombre de “Poowoomba” (“Poo” es el termino coloquial de “caca”). [las gentes llegaron a afirmar] que los penes de los hombres se encogerían o que desarrollarían pechos, y que los niños nacerían con deformaciones, y que todos íbamos a beber caca. No era una cuestión relativa al agua, era una cuestión política”.

El Prof. Khan indicó que el agua purificada es extremadamente segura. Según él, “ las gentes tienen de forma natural un instinto de rechazo ante la idea de utilizar algo que ha podido estar muy contaminado y en particular agua residual, pero es importante tener en cuenta que la ingeniería y la tecnología que utilizamos así como la calidad del agua que producimos”.

El nivel de calidad del agua regenerada

La forma en que evolucionó la campaña de Toowoomba influyó sobre la decisión adoptada por el gobierno de NSW y Sydney Water de iniciar una “proyecto de demostración” en Quakers Hill, al oeste de Sydney, este año.

En palabras del Sr. Harrington, “Estamos siguiendo los mismos pasos que lugares como Singapur adoptaron para comenzar a hablar con la población. Si fuéramos capaces de llegar a implantar una estación a escala real, sabemos que surgirían preocupaciones debido a la novedad”. También indicó que, en una de las cuatro etapas del proceso, el agua tiene una pureza tal alta que es necesario volver a añadirle minerales. “Hemos de añadirle algunos minerales, como calcio, para asegurar que cuando uno bebe ese agua carezca de sabor, y evitar además que el agua extraiga algunos de esos minerales del cuerpo del consumidor”.

El Prof. Khan indicó que es muy importante que la consulta a la población se desarrolle satisfactoriamente, teniendo en cuenta que el agua regenerada podría ayudar a cumplir hasta un 25 % de la necesidades futuras de agua de consumo humano de la ciudad. También manifestó que el gobierno debería iniciar la construcción de esas plantas en el curso de los próximos años, a fin de prepararse ante las futuras sequías. “Si no realizamos una consulta adecuada y conseguimos un compromiso satisfactorio sobre el tema del agua purificada, habremos desaprovechado una de nuestras mejores opciones de abastecimiento sostenible en el futuro. Disponemos de muy poco tiempo escondido en la manga”.