La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho pública la versión inglesa de la publicación “Reutilización potable: directrices para producir agua de consumo humano segura”, un documento de 140 páginas en el que se describe la forma de aplicar los sistemas de gestión con los que producir un agua de consumo humano segura a partir de un agua residual urbana. El documento se basa en directrices anteriores de la OMS sobre la calidad del agua de consumo humano y ofrece información relativa a la calidad del agua y la gestión y la explotación efectivas de la reutilización potable, así como la aplicación de los sistemas de gestión apropiados con los que llevar a cabo la reutilización potable directa e indirecta del agua.

La sección dedicada a presentar los objetivos de estas Directrices comienza indicando que la reutilización potable puede representar una fuente realista y práctica de agua de consumo humano (potable) en muchas circunstancias. El propósito de estas directrices es describir el modo en que deben aplicarse los sistemas de gestión apropiados para producir un agua de consumo humano segura a partir de un agua residual municipal.

Durante las reuniones de expertos en agua de consumo humano convocadas por la OMS en 2013 y 2014, se confirmó la necesidad de elaborar unas directrices adicionales con las que ayudar tanto a los proveedores como a los reguladores del agua de consumo humano sobre cómo planificar, diseñar y explotar los proyectos de reutilización potable. Esta necesidad de orientación venía justificada por el interés y el desarrollo crecientes que se estaban registrando sobre nuevas propuestas de reutilización potable de agua, en respuesta a las crecientes demandas que se están ejerciendo sobre los recursos hídricos disponibles.  Las directrices abarcan tanto la reutilización potable directa (RPD) como la reutilización potable indirecta (RPI), teniendo en cuenta que, a menos que se indique lo contrario, la expresión de reutilización potable incluye tanto la RPD como la RPI.

Los principios descritos en las directrices de la OMS para la calidad del agua de consumo humano (GDWQ), publicadas por la OMS en 2017, son aplicables a la reutilización potable, pero su implantación práctica comporta la consideración de temas particulares asociados con la calidad de la fuente de agua y la complejidad de los proyectos de reutilización potable. El objetico de las presentes directrices es ampliar los contenidos tanto de las orientaciones contenidas en la GDWQ como del informe previo sobre reutilización potable publicado por la OMS en 1975, mediante la incorporación de información adicional sobre diversos aspectos específicos de la reutilización potable, incluyendo la calidad y la protección de las fuentes de agua, los tipos de procesos de tratamiento, las consideraciones adicionales sobre la vigilancia sistemática, el uso potencial de amortiguadores ambientales y de sistemas de regulación construidos y la aceptación pública de estos proyectos.

Las directrices siguen un enfoque similar al de las GDWQ, ofreciendo información sobre la calidad del agua y la gestión y la explotación efectivas de los proyectos de reutilización del agua. Por otra parte, no ofrecen criterios detallados para el diseño técnico de los proceso utilizados en la reutilización potable. Del mismo modo, tampoco se han introducido nuevos valores orientadores o principios.

Las directrices están destinadas a ser utilizadas por  los abastecedores de agua de consumo humano y los reguladores que están familiarizados con las GDWQ y en particular con el “marco para la producción de agua de consumo humano segura” incluyendo los planes de seguridad del agua (Water safety plans). Teniendo en cuenta que el material de partida de los proyectos de reutilización potable es un agua residual sin tratamiento, los promotores de proyectos de reutilización potable de agua deben ser conscientes también del potencial que tiene la aplicación de los planes de seguridad de saneamiento (Sanitation safety plans), tal como se describen en la publicación de la OMS (2015a). Las directrices pueden ser igualmente útiles para todos aquellos interesados en la reutilización potable, incluyendo los profesionales dedicados a la salud ambiental y los recursos hídricos.

La sección de conclusiones resalta que, aunque la reutilización potable es una fuente de agua de consumo humano en muchas circunstancias, los proyectos de reutilización potable son normalmente complejos y sus promotores deben disponer de recursos y capacidades suficientes para conseguir una implantación exitosa. La disponibilidad de operadores bien entrenados y capacitados es un requisito esencial. Otros de los temas importantes y sus conclusiones asociadas son:

  1. Las aguas residuales contienen una gran concentración de patógenos entéricos. Como consecuencia de ello, la producción de un agua de consumo humano segura requiere el establecimiento de unos elevados objetivos de explotación (objetivos por defecto, una reducción de bacterias entéricas de 8,5 unidades logarítmicas, una reducción de virus entéricos de 9,5 unidades logarítmicas y una reducción de protozoos entéricos de 8,5 unidades logarítmicas). Aunque no son valores orientadores, resaltan la necesidad de identificar las medidas de control apropiadas y particularmente las combinaciones de procesos de tratamiento aplicables.
  2. Aunque la tendencia creciente tiende a enfatizar el interés por los contaminantes emergentes (CEC), tales como los productos farmacéuticos y los de cuidado personal, las concentraciones de estos productos son generalmente bajas y no justifican generalmente el establecimiento de nuevos valores orientadores. Los valores orientadores descritos en las GDWQ (OMS, 2017a) son suficientes en la mayoría de los casos.  Cuando el sistema de seguimiento de las fuentes de agua indique la presencia potencial de niveles elevados de un producto químico para el que no se dispone de valor orientador (debido por ejemplo a vertidos inadecuadamente controlados de instalaciones industriales) habrán de obtenerse valores de control sistemático, como parte de las investigaciones destinadas a valorar los riesgos potenciales y la necesidad de implantar medidas de control adicionales.
  3. Las medidas de control deberán aplicarse desde el punto de captación de las aguas residuales hasta la provisión del agua de consumo humano. Las medidas de control deben ser validadas considerando que generalmente las reducciones en unidades logarítmicas (LRV) están basadas en ensayos de prueba y de sensibilidad de la vigilancia operativa, particularmente cuando la vigilancia operativa está basada en demostrar el rendimiento continuado de los procesos de tratamiento. (Secciones 2.5 and 2.6).
  4. Mientras que el sistema de vigilancia operativo viene determinado por los principios descritos en las GDWQ, lo más frecuente es que el sistema de vigilancia sistemática en continuo se realice mediante sistemas SCADA, con alarmas automáticas que indiquen la desviación respecto de los valores críticos.
  5. El contenido de las normativas deberá ser coherente con aquellas otras desarrolladas para otros tipos de suministros de agua de consumo humano. Cabe plantearse la posibilidad de desarrollar un solo conjunto de normativas aplicables al agua de consumo humano, en el que se incluya la reutilización potable.
  6. El éxito de la reutilización potable depende de la capacidad de sus promotores para conseguir la confianza del público. La información deberá hacerse fácilmente accesible al público, de modo que puedan entender los antecedentes, el contexto y las opciones disponibles. Deberá asegurarse el compromiso y la participación de las principales partes implicadas, incluyendo los medios de comunicación y los líderes de opinión en los campos políticos, sociales y ciudadanos.