Las técnicas disponibles para la regeneración del agua son versiones avanzadas de las técnicas utilizadas sistemáticamente para la potabilización del agua que se viene captando de nuestros ríos y acuíferos. Son técnicas compartidas por la potabilización, la regeneración y la desalinización. Todas ellas tienen como objetivo común el retirar y reducir la concentración de los componentes del agua que son indeseables para el uso al que se piensa dedicar, sea el consumo humano, el agrícola o el industrial.

La ERA de El Camp de Tarragona, propiedad de la Agència Catalana de l’Aigua y financiada en gran parte con fondos de la UE, permite producir un agua regenerada de gran calidad, próxima a la obtenida por el GWRS californiano. El agua regenerada en la ERA de El Camp de Tarragona se utiliza actualmente para suministro al polígono petroquímico de Tarragona, bajo la explotación de la empresa AITASA. La ERA de El Camp de Tarragona es un excelente “escaparate” en el que poder verificar la capacidad de los equipos humanos responsables de la explotación y las tecnologías aplicables para producir un agua de gran calidad (igual o superior a la de consumo humano) con objeto de poder aplicarlas en aquellas zonas donde la escasez de recursos obligue a adoptar formas de gestión no convencionales.

La utilización de una terminología adecuada es esencial para asegurar la correcta percepción de los usuarios y conseguir su aceptación para el uso que se plantea. La expresión “proceso de regeneración” es el adecuado en estos casos, en lugar del tradicional de “tratamiento terciario”. Esta última expresión es anticuada y sobre todo indefinida, por lo que debe ser sustituido por una designación más específica, que aporte información relevante sobre lo que cada tratamiento en concreto es capaz de hacer. Por comodidad técnica, la designación de tratamiento terciario se utiliza para designar cualquier tratamiento que sigue al tratamiento secundario, que es el obligado para los procesos de depuración. Ese carácter inespecífico, en un momento histórico en que se dispone y se utiliza una gran diversidad de procesos de regeneración, hace que el uso de “tratamiento terciario” no aporte información relevante e incluso genere una percepción negativa por parte del público, ante un concepto cuyo contenido le cuesta entender.

En definitiva, los sectores de la potabilización, la depuración, la regeneración y la desalinización del agua disponen de una gran variedad de soluciones tecnológicas, de amplios conocimientos científicos y técnicos sobre cómo utilizarlas para purificar el agua, y sobre todo de una gran experiencia sobre cómo aplicarlas de forma sostenible y económica en cada caso concreto. Algunas de esas tecnologías son muy comunes en la mayoría de los proyectos, mientras que otras vienen justificadas por las necesidades de cada caso concreto. La experiencia operativa, la capacidad de gestión sostenible de las instalaciones, especialmente la capacidad para superar incidentes (averías, piezas de repuesto) y las habilidades para informar a la ciudadanía (transparencia informativa) sobre los retos y logros de los proyectos figuran entre las misiones más relevantes del sector de la regeneración y la reutilización del agua en la actualidad. Pero más allá de todos esos requisitos, necesitamos desarrollar una estrecha colaboración entre las autoridades de salud pública y de recursos hídricos, de una parte, y las entidades responsables de la regeneración y reutilización del agua y los usuarios finales de esa agua, de otra parte, con objeto de asegurar su correcta percepción y su amplia aceptación para los usos que se les propone.