El agua regenerada de gran calidad se está utilizando como agua de consumo humano desde 1968 en Windhoek, la capital de Namibia, y desde 1973 en diversos lugares del sur del Estado de California.  El ejemplo más emblemático de este uso “potable”, para el que es necesario un proceso de regeneración muy cuidado (denominado purificación del agua en lugares como San Diego, California), es el que tiene lugar en la Estación Espacial Internacional, en la que los astronautas suelen decir “el pipí de hoy (al igual que la transpiración) es el café de mañana”.

Los intensos y repetidos episodios de sequía que se han venido registrando en el sur de California (5 años entre 2012-2016, y de nuevo desde 2020 hasta hoy), donde viven algo más de 20 millones de personas (la mitad de la población del Estado) han motivado la adopción de procesos de regeneración avanzada, capaz de producir un agua regenerada que satisface y supera las normas de calidad establecidas para el agua de consumo humano de origen superficial (ríos, embalses) o subterránea (acuíferos). El agua regenerada así producida se suele infiltrar en acuíferos locales (vacíos, debido a su sobre-explotación histórica), de modo que se aprovecha la capacidad de los acuíferos para almacenar el agua, distribuirla bajo el suelo en toda la extensión del acuífero, evitar su evaporación, mezclarla con otras fuentes naturales de recarga (ríos, aguas de lluvia) y especialmente mejorar la percepción del público, en cuanto que su extracción la hace parecer un agua subterránea convencional.

El proyecto Groundwater Replenishment System operado por el Orange County Water District en el sur de California es el mejor ejemplo emblemático mundial de este concepto. El proyecto GWRS produce unos 380.000 m3/día (135 hm3/año) de agua regenerada de calidad potable a un coste unitario de 0,38 dólares/m3. Una tercera parte de ese caudal se utiliza para su inyección en una barrera contra la intrusión salina del acuífero de Orange County (75.000 ha de superficie) y los otros dos tercios se infiltran en el acuífero en un punto situado a 21 km aguas arriba del río Santa Ana, junto con parte de los caudales circulantes por el río.   La ERA de El Camp de Tarragona, propiedad de la Agència Catalana de l’Aigua y financiada en gran parte con fondos de la UE, permite producir un agua regenerada de gran calidad, próxima a la obtenida por el GWRS californiano. El agua regenerada en la ERA de El Camp de Tarragona se utiliza actualmente para suministro de agua al polígono petroquímico de Tarragona, bajo la explotación de la empresa AITASA. La ERA de El Camp de Tarragona es un excelente “escaparate” en el que poder verificar la capacidad de los equipos explotadores y las tecnologías aplicables para producir un agua de gran calidad (igual o superior a la de consumo humano) con vistas a su posible aplicación futura en zonas en que la escasez de recursos obligue a adoptar formas de gestión no convencionales.