Una estación de regeneración de agua (ERA) se asemeja a una estación de potabilización de agua. Son realmente fábricas de agua, con ausencia de procesos generadores de olores o molestias acústicas, visuales u olfativas destacables. No obstante, comportan una circulación de vehículos destinados a transportar reactivos y reposición de equipos. Los efectos ambientales más significativos suelen estar causados por los procesos de depuración en las EDAR, que preceden normalmente en ubicación física y operativa las estaciones de regeneración de agua (ERA).
Los limitados flujos de residuos líquidos generados por los procesos de regeneración son generalmente retornados a la EDAR de la que han recibido el efluente depurado, por lo que carecen de flujos de salida que no sea el agua regenerada. La parada del proceso de regeneración comporta la interrupción de la llegada de efluente depurado, y el posible vertido del agua regenerada producida a la EDAR contigua.
En California y otros Estados, y en diversas Comunidades Autónomas españolas, como por ejemplo en las instalaciones del Consorci d’Aigües Costa Brava Girona, las ERA se han convertido en lugares para visitas escolares y de ciudadanos que desean conocer las peculiaridades de esas modernas “fábricas de agua”. Los departamentos de comunicación aseguran una información y una relación muy fluidas con la ciudadanía.