Conviene clarificar el papel que cada una de esas dos actividades tiene, por ser complementarias entre sí:

Regenerar es un proceso de tratamiento (realizado en una estación de regeneración de agua, ERA) destinado a dotar al agua de una calidad adecuada (fijada por normativa) para el uso al que se piensa destinar. Cada uso suele tener unos requisitos de calidad específicos, establecidos en la normativa correspondiente. En España mediante el RD 1620/2007, para diversos usos, y muy pronto a escala de la UE mediante al Reglamento UE 2020/741, específicamente para el riego agrícola.

Reutilizar es un proceso de gestión, diferente y posterior a la regeneración, mediante el que el agua regenerada se pone a disposición del usuario. Para ello, suelen ser necesarios tres elementos diferenciados: a) un dispositivo regulador de caudales (depósito, embalse, acuífero) para adecuar el ritmo de producción del agua regenerada al ritmo de uso del agua regenerada (es lo que en un proceso industrial, por ejemplo de bienes de consumo, se denomina un almacén logístico), b) un conducto (canal, tubería) mediante el que se transporta el agua regenerada desde la ERA hasta el punto de uso y c) unas normas de uso del agua, tales como las horas de riego, las formas de riego o de infiltración en un acuífero o el color de las conducciones.