Aunque ya forma parte de la historia de la reutilización del agua para riego agrícola en California, nos ha parecido relevante divulgar la nota de prensa del dictamen que la Food and Drug Administration (FDA) elaboró en marzo de 2007 en relación con la intoxicación alimentaria de alcance nacional que se había producido en el otoño de 2006, a través del consumo de espinacas frescas cultivas en una granja del condado de San Benito, en California.

La intoxicación fue causada E coli O157:H7, cuya presencia pudo ser asociada a una explotación agraria concreta, en la que se pudieron identificar varias fuentes de contaminación. El episodio hizo que 205 personas resultaran infectadas y cuatro fallecieran.

Los investigadores pudieron utilizar el código de trazabilidad del producto para identificar hasta cuatro campos de cultivo en los condados de Monterey y San Benito. Aunque se pudo detectar la presencia de E coli O157:H7 en muestra ambientales de todas las explotaciones agrícolas, las muestras que se ajustaban a las cepas causantes del episodio quedaron restringidas a una sola explotación: Paicines Ranch en el condado de San Benito.

Allí, los investigadores encontraron la cepa infecciosa en el agua del río, las heces de vacuno y las heces de cerdos salvajes. Se identificó la existencia de una granja de vacuno dentro de la explotación, situada a 1,5 km del campo de cultivo de espinacas. Los investigadores encontraron evidencia de la presencia de los cerdos salvajes dentro y en los alrededores de las zonas de pasto de las vacas y en las zonas de cultivo y de riego con agua de pozo.