El portal FreeThink, en su edición del 2 de julio, publicó un interesante reportaje de Kristin Houser titulado “La NASA consigue reciclar un 98% de la orina y el sudor de los astronautas”. Esta eficiencia está considerada crítica para avanzar en las misiones a largo plazo y alejadas de la Tierra.

A continuación se transcribe el texto en español de la noticia.

Un nuevo sistema de reciclado del agua en la Estación Espacial Internacional (EEI) ha conseguido recuperar un 98% del agua utilizada por los astronautas – un hito sin precedentes que permitirá a la NASA explorar zonas más alejadas del espacio.

Cada pocos meses, la NASA paga a uno de sus contratistas comerciales para que transporte carga hasta la EEI, asegurando así que los astronautas a bordo disponen del agua, el oxígeno y los demás suministros necesarios hasta la llegada de la siguiente remesa de suministros.

Estas misiones son caras, y el espacio disponible en los vehículos de carga es limitado, de modo que los astronautas llegan al externo de no desperdiciar nada y reciclar todo lo que pueden — mientras que el norteamericano medio usa unos 330 litros (82 galones) de agua al día, los astronautas usan simplemente cuatro litros (un galón) del cual un 93% – 94% se regenera para su reutilización.

Esta tasa de reciclado es suficiente para la EEI debido a que la estación está relativamente cerca de la Tierra y aunque las misiones de abastecimiento son caras, son viables logísticamente.

No obstante, la NASA confía enviar astronautas a lugares más alejados, empezando por la Luna y siguiendo a continuación a Marte. Las misiones de reaprovisionamiento en esas bases serían incluso más caras, de modo que se está tratando de encontrar formas de minimizar su necesidad; una de las formas de conseguirlo ha venido siendo la de aumentar la tasa de reciclado del agua hasta un 98%.

Gracias a un nuevo sistema de reciclado del agua recientemente validado en la EEI, la NASA ha comprobado que puede alcanzar ese objetivo en un ambiente de microgravedad. En palabras de Cristopher Brown miembro del equipo que gestiona el sistema de soporte vital de la EEI, “éste es un paso adelante muy importante en la evolución de los sistemas de soporte vital.

En palabras de Jill Williamson, “los astronautas están bebiendo un agua…más pura que la que bebemos aquí en la Tierra”.

La EEI está equipada con un equipo procesador de orina (UPA) que utiliza una serie de filtros y procesos capaces de purificar el agua contenida en la orina de los astronautas para que pueda ser reutilizada.

En palabras de Jill Williamson, gestor de los subsistemas hídricos del Sistema de Control Ambiental y Soporte Vital de la EEI, “el proceso de tratamiento de la orina es fundamentalmente similar a los utilizados en sistemas terrestres de distribución de agua, pero realizado en un ambiente de microgravedad. La tripulación no bebe orina. La tripulación está bebiendo agua de consumo humano que ha sido regenerada, filtrada y purificada hasta el punto de que es más pura que la que bebemos aquí en la Tierra”.

Una fracción de entre 6% – 7% del agua usada por los astronautas que la NASA no ha sido capaz de regenerar en la EEI se recoge en forma de “salmuera de orina” como subproducto del proceso de tratamiento de la UPA. En un intento de recuperar esa agua, la NASA envió un procesador de salmuera a la estación espacial en 2021.

Este sistema hace pasar la orina a través de una membrana especial y luego burbujea aire caliente a través suyo, haciendo que el agua de la salmuera se evapore. El agua evaporada se recoge y se purifica mediante el mismo equipo de reciclado del agua que ya capta y recicla la humedad del aire de la cabina de la EEI (humedad del aliento y sudor de los astronautas).

Cuanto menor sea el volumen de agua que la NASA debe enviar en sus misiones a la Luna o Marte, junto con los astronautas, mayor espacio quedará disponible en la nave espacial tripulada para realizar experimentos – el tipo de experimentos que podrían resultar en descubrimientos científicos importantes que no hubieran sido posibles cerca de la Tierra.

En palabras de Williamson, “la disponibilidad de sistemas regeneradores de agua robustos y fiables significa que la tripulación no tendrá que preocuparse por los recursos y podrá concentrar su atención en el verdadero objetivo de su misión”.