Investigadores de la Universidad Politécnica de Virginia recomiendan que los informes oficiales sobre la calidad del agua contengan indicaciones explicitas sobre la seguridad del agua. Los investigadores sugieren que los informes anuales sobre la calidad del agua respondan de forma mucho más directa a esta cuestión con objeto de promover la confianza del público y su conocimiento sobre los temas referentes al agua que consumen. Estas recomendaciones aparecen en un reciente estudio publicado en el Journal of Water and Health. Los autores indican que la valoración de una muestra nacional de informes sobre la confianza de los consumidores reveló la ausencia de información suficiente al respecto, debido a la utilización de un lenguaje complicado y unas tablas de resultados sofisticadas. Esto obliga a que deban ser los propios ciudadanos quienes determinen por si mismos si el agua que consumen es segura, de acuerdo con las normas estatales y federales. El primer día de julio de cada año, los abonados de los servicios de abastecimiento de agua de los EEUU deben recibir un informe por correo postal o electrónico, en el que se les informe sobre el origen del agua, su contenido y su grado de cumplimiento normativo. La razón por la que la directora del estudio, la profesora Brenda Davy, se interesó por este tema fue por la imposibilidad de comprender el informe que recibió en 2014. Esto le planteó la duda de si una falta de comprensión de esos informes podía tener influencia en la ingesta de una cantidad suficiente de agua por parte de los ciudadanos. La Agencia de Medio Ambiente de los EEUU requiere que los informes utilicen un determinado tipo de lenguaje, para asegurar la consistencia en la comunicación. Por otra parte, las compañías de agua pueden presentar la información de forma que sea fácil de entender por el público. Aunque no es obligatorio que los informes de calidad presenten un mensaje sencillo y único, su intención es aumentar la comprensión por parte del público sobre la calidad del agua de modo que pueden adoptar decisiones justificadas sobre el agua que consumen. La inclusión de un mensaje sencillo y claro sobre el cumplimiento de las normativas aplicables contribuiría a conseguir ese objetivo y a mejorar la salud pública.