Un reciente estudio publicado en la revista Science muestra como la intensa sequía que está afectando a California está haciendo ascender la superficie del suelo, en regiones alejadas de aquellas donde el suelo registra subsidencia por extracción acelerada y reciente de aguas subterráneas. Estaciones de observación para la detección de terremotos han podido registrar el ascenso del suelo a medida que éste se va desecando. Las mediciones de estos sutiles movimientos, mediante la utilización de GPS, sugieren que el oeste americano ha perdido unos 230.000 hm3 de agua, equivalente a una lámina de agua de 150 mm de espesor sobre toda su extensión.Una reciente noticia del Centro de Estudios Hidrológicos de la UC Davis anuncia que la reforma normativa de la gestión de las aguas subterráneas es más importante que la propuesta de financiación hidrológica de 7,5 millardos de dólares aprobada por los legisladores para su votación durante el próximo mes de noviembre.

En opinión de J. Lund y T. Harter, incluso si esa propuesta es votada favorablemente, será necesario aplicar medidas adicionales para que las generaciones futuras puedan recoger los frutos prometidos. Para mejorar la resiliencia hidrológica del estado, California habrá de remediar rápidamente el agotamiento desmedido de sus escasos recursos subterráneos. Solo durante este año de sequía, los cultivadores y ciudades de California tienen previsto extraer más de 25.000 hm3 de agua subterránea, una cifra superior a toda el agua superficial normalmente extraída de ríos y arroyos y mucho mayor que la que podría obtenerse mediante la capacidad de regulación adicional prevista en la propuesta de financiación pública prevista.

El agua subterránea es y será siempre el primer amortiguador del estado frente a la sequía, a pesar de que en muchas partes del estado se ha venido extrayendo agua subterránea como si fuera una “cuenta de ahorro” inagotable. La sequía actual ofrece una oportunidad histórica para completar el importante retraso en la normativa hidrológica, que otros estados del oeste remediaron hace ya casi un siglo. Por otra parte, numerosos servicios públicos de abastecimiento de agua reclaman una redacción adecuada de los textos legislativos, para asegurar la consecución de sus objetivos, a la vez que su aplicación sistemática en la práctica.

Imagen: California’s exceptional drought has exposed the bottom of Big Bear Lake. (Ruaridh Stewart/ZUMA Press/Corbis).