El portal de noticias científicas de la agencia de noticias United Press International (UPI) publicó el pasado 28 de abril un interesante artículo sobre los estudios realizados en la Universidad de Rice, en Houston, Texas, sobre las perspectivas que la reutilización del agua ofrece en zonas urbanas, como forma de reducir su presión sobre los recursos hídricos naturales.
Los investigadores de la Universidad de Rice han desarrollado unos modelos que permiten simular el impacto que la reutilización del agua puede tener en los patrones de uso del agua en un núcleo urbano importante como la ciudad de Houston. El resultado de su análisis, publicado en el Journal of Nature Sustainability, muestra que la reutilización de agua podría reducir el uso de agua urbana hasta en un 28 %.
Según los estudios realizados, unos mayores esfuerzos de reutilización urbana del agua podrían reducir significativamente la dependencia de las principales ciudades y de sus demandas de agua sobre los recursos naturales de agua, incluyendo los ríos, los embalses y los pozos. Los autores del estudio reconocen que los sistemas de purificación del agua son costosos, aunque los modelos muestran que los costes de instalación y de demanda energética a largo plazo se verían compensados por los ahorros conseguidos mediante la reutilización de los efluentes municipales regenerados.
Houston está actualmente planificando la forma de reconfigurar su sistema de depuración de aguas residuales, a fin de consolidar su actual arsenal de 39 estaciones depuradoras hasta reducirlas a tan solo 12 estaciones depuradoras. Los autores del estudio confían que su investigación merezca la consideración de los planificadores municipales, a fin de poder incorporar las tecnologías de regeneración de agua en el proceso de reconfiguración de las estaciones depuradoras.
En palabras de uno de los autores del estudio, “todas las tecnologías necesarias para regenerar el agua residual hasta convertirla en agua potable están disponibles. La principal dificultad es que a fecha de hoy son considerablemente caras. En consecuencia, una parte importante del estudio ha sido evaluar la reducción del coste que esas tecnologías deberían alcanzar a fin de hacer posible su implantación, tanto desde el punto de vista financiero como de consumo energético”.
La mayor parte del agua utilizada para satisfacer las demandas de las ciudades y sus residentes proceden de fuentes de abastecimiento lejanas. Por ello, “otra de las formas de mejorar el suministro de agua potable es reducir su tiempo de recorrido”. Cuanto mayor es la distancia que separa las fuentes de abastecimiento y sus usuarios, tanto mayor es el tiempo necesario para que el agua recorra la distancia que los separa. Cada vez que el agua pasa por un punto de distribución, aumenta la posibilidad de que se produzca una contaminación química y biológica. El agua regenerada, una vez que ha sido transformada en agua potable, solo tendrá que recorrer una pequeña distancia.
Los investigadores sugieren que su modelo puede ser utilizado para analizar los retos planteados por el diseño de un sistema efectivo y eficiente de tratamiento y abastecimiento de agua en ciudades y zonas colindantes. Los planificadores habrán de evaluar en cada caso las ventajas y las exigencias relativas que plantean las traídas de aguas superficiales, los consumos energéticos y las conducciones de agua.
El modelo podrá ayudar a los planificadores municipales de otras ciudades a la hora de decidir si la mejor solución es abastecerse mediante una sola gran fuente centralizada de agua o de varias fuentes distribuidas de menor tamaño. “En este segundo caso, la siguiente cuestión que se suele plantear es determinar la extensión que cada una de esas fuentes de abastecimiento podrá atender y el lugar en el que convendrá implantarla. Esas son las cuestiones que estamos estudiando. Muchas personas han hablado de estos temas, pero muy poco trabajo cuantitativo se ha realizado para poder ofrecer valores numéricos cuantificados”.