El Global Water Forum, portal patrocinado por la UNESCO y cuatro instituciones de gran prestigio internacional, acaba de publicar un excelente artículo sobre las ventajas y las exigencias que comportan la adopción de normativas europeas al sector de la reutilización del agua para el riego agrícola y la recarga de acuíferos. El artículo ha sido redactado por el Prof. Paul Jeffrey, el Prof. John Fawell y la Dra. Kristell Le Corre, del Cranfield Water Science Institute, Cranfield University, UK, y Jos Frijns, KWR Water Cycle Research Institute, Nieuwegein, en Holanda.

Por el interés del tema y la vigencia de sus contenidos, a continuación figuran las conclusiones del artículo:

Conclusiones

Tanto la comunidad académica como la propia Comisión Europea han reconocido la necesidad de avanzar en el desarrollo de un marco normativo que ofrezca una mayor solidez a la reutilización del agua en la Unión Europea; las consultas sobre normas de calidad del agua regenerada para el riego agrícola y la recarga de acuíferos están muy avanzadas en el momento de redactar este artículo. Una perspectiva histórica más amplia sobre estos desarrollos indica que los países con proyectos de reutilización del agua con características distintivas (por ejemplo, EE. UU., Australia, Chipre) han establecido desde hace mucho tiempo (por ejemplo, desde la década de 1960 en los EE. UU.) tanto criterios de calidad para la reutilización no potable del agua como acuerdos de gobernanza maduros.

La experiencia internacional recogida en las directrices de la OMS y de Australia ha puesto de manifiesto los resultados positivos conseguidos mediante un enfoque basado en el análisis de riesgo como forma de alcanzar un equilibrio entre la protección de la salud pública y el medio ambiente y el establecimiento de un estándar realista para el sector de la reutilización del agua que permita ayudar a la promoción de su desarrollo y viabilidad. En ese contexto, podemos concluir que los sectores de la reutilización del agua que hacen contribuciones positivas a la gestión sostenible de los recursos no operan en un contexto vacío de gobernanza, sino que al contrario requieren la dirección y la confianza que sólo puede ofrecer un régimen regulador progresivo y facilitador de su aplicación.