El pasado 1 de mayo, el portal One Water News publicó un interesante reportaje sobre las opciones que los suministradores de agua en la zona metropolitana de Phoenix, Arizona, están explorando en estos momentos para adoptar la reutilización potable directa del agua.

Con el telón de fondo de una sequía prolongada y la disminución de los niveles de agua que se están registrando en el río Colorado, la Ciudad de Phoenix y otros abastecedores de agua próximos están investigando la posibilidad de implantar la reutilización potable directa de agua (RPD). Aunque se considera de antemano que será una opción costosa, la RPD ofrece una fuente fiable de agua para una región que tiene unas opciones limitadas para aumentar sus futuros suministros de agua.

A principios de mes, Phoenix contrató la consultora de ingeniería Carollo Engineers para que estudiara las opciones disponibles para implantar la RPD en el área metropolitana de Phoenix, según las declaraciones de Troy Hayes, director de servicios hídricos municipales. El informe solicitado, que deberá estar terminado este verano, examinará la posibilidad de construir una instalación regional de purificación avanzada de agua capaz de mejorar la purificación del efluente depurado en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de la 91st Avenue, que es propiedad de las ciudades de Phoenix, Mesa, Scottsdale, Glendale, and Tempe.

En palabras de Hayes, “la intención es impulsar [el efluente de la EDAR de 91st Avenue] hasta una nueva instalación de purificación avanzada del agua en la que sea tratado para que su calidad supere las normas aplicable al agua de consumo humano; el agua producida se distribuiría a los consumidores”. Además de los cinco propietarios de la EDAR de 91st Avenue, otros cinco gobiernos locales han indicado su interés en participar potencialmente en el proyecto, según las declaraciones de Hayes, que renunció a mencionar sus nombres debido a que están pendientes de establecer un acuerdo con Phoenix.

En palabras de Hayes, “la expectativa es que en durante el verano próximo tengamos una idea bastante clara del tamaño, la magnitud y el alcance del proyecto capaz de suministrar aguas de consumo humano de gran calidad, para su posible utilización por la Ciudad de Phoenix, así como por los otros abastecedores de agua de la región. Una vez que hayamos conseguido ese objetivo, deberíamos ser capaces de desarrollar un plan financiero con el que determinar la forma de utilizar tanto los fondos estatales como los federales que estén disponibles para ayudar a superar las condiciones de sequía. Todo ello ofrecería a las diferentes poblaciones una perspectiva un poco más clara sobre cuál podría ser la participación local”.

En palabras de Hayes, “aunque el coste estimado del proyecto está pendiente de su elaboración, es muy probable que ronde los millardos de dólares. Una gran parte [del coste] depende del tamaño de la instalación y las otras infraestructuras que serán necesarias para transportar el agua producida hasta las ciudades asociadas al proyecto”. Otras de las cuestiones a determinar son la propiedad de la nueva instalación y la posibilidad de que las otras ciudades puedan aportar efluente secundario para su purificación en el proyecto de RPD.

La sequía es un factor determinante de la decisión de Phoenix de evaluar la posibilidad de implantar el proyecto de RPD. Aunque las nevadas más recientes en las Montañas Rocosas aumentarán previsiblemente los niveles de agua en los embalses de Lake Powell y Lake Mead en el río Colorado durante este año, la prognosis a largo plazo para los embalses críticos sigue siendo preocupante.

Según Hayes, “seguimos teniendo conflictos en la cuenca del Río Colorado, que están afectando nuestro abastecimiento de agua, aunque no necesariamente hasta el punto de no disponer de suministros suficientes en estos momentos. Considerando que Phoenix ha implantado una gama de suministros muy robusta y diversa, disponemos de grandes dispositivos de amortiguación. No obstante, a medida que sufrimos cortes de suministro y otros incidentes parecidos, esos amortiguadores van disminuyendo sustancialmente. Por tanto, estamos buscando de forma activa suministros de agua adicionales que puedan aportar agua a esa gama de recursos”.

Actualmente, una parte de los 870.000 m3/día del efluente producido en la EDAR de la 91st Avenue se utiliza para refrigerar la central nuclear de Palo Verde Generating Station, regar diversos campos de cultivo y ofrecer caudales ecológicos para el proyecto de restauración de los humedales de Tres Ríos.  Aunque estos compromisos habrán de ser atendidos en el futuro, se dispondrá de unos 230.000 m3/día de efluente depurado para suministrar al proyecto de RPD.

Aunque la ubicación de la futura instalación de RPD está todavía pendiente de designación, Hayes indica que “la EDAR de la 91st Avenue dispone de 32 ha de terreno utilizable. Si Phoenix y sus asociados deciden implantar el proyecto de RPD, la nueva instalación podría estar terminada entre 2030 y 2031, como muy pronto”.

Aunque la RPD y la reutilización potable indirecta están permitidas en Arizona, “se necesitará una normativa específica para permitir que los abastecedores de agua participen en un proyecto de reutilización potable” según informa la página web del Departamento de Calidad Ambiental de Arizona (DCAA). De acuerdo con la legislation aprobada por el gobernador de Arizona en junio de 2022, el DCAA está obligado a adoptar textos reglamentarios en los que se establezcan las normas y el proceso de obtención de los permisos necesarios para implantar la RDP, antes de finales de 2024.