La sección de ciencia y tecnología del portal de la Universidad de California en Santa Bárbara ha publicado un excelente reportaje de Harrison Tasoff titulado “Pequeños cambios pueden ahorrar mucha agua de uso agrícolaen el que describe como pequeños ajustes en las prácticas agronómicas podrían preservar los decrecientes recursos hídricos de California.

A continuación se presenta la versión en español de varios de los párrafos del reportaje de Harrison Tasoff.

Aunque Hollywood and Silicon Valley gozan del protagonismo, California es una gran potencia agrícola, también. Los productos agrícolas vendidos en el Golden State durante el año 2022 alcanzaron una cifra de 59.ooo millones de dólares. No obstante, las crecientes temperaturas, las precipitaciones decrecientes y las décadas de sobreexplotación de acuíferos requerirán cambios drásticos en los cultivos. La legislación dirigida a afrontar el problema llega incluso a proponer que los campos se dejen de cultivar.

Afortunadamente, un estudio de la UC en Santa Barbara sugiere que la adopción de medidas menos extremas podrían ayudar a resolver los problemas hídricos de California. Los investigadores combinaron los sensores remotos, las grandes bases de datos y el aprendizaje mediante algoritmos para estimar la cantidad de agua que usan los cultivos del Central Valley. Los resultados, publicados en Nature Communications, sugieren que la eficiencia del uso del agua conseguida mediante la variación de las prácticas agronómicas podría ahorrar tanta agua como la adopción del cambio de cultivos o el abandono de cultivos.

En palabras de Anna Boser, investigadora principal del estudio y alumna de doctorado del Bren School of Environmental Science & Management de la UCSB, “Disponemos de métodos menos perturbadores para ahorrar agua que son más importantes de lo que habíamos pensado inicialmente. Por tanto, es posible que no tengamos que hacer tantos cambios en el uso del campo como habíamos considerado al principio”.

Los suelos fértiles de California junto y el clima mediterráneo de que goza permiten a los agricultores desarrollar cultivos de algo valor que no son viables en otras partes del país. Mas de una tercera parte de los vegetales del país y casi tres cuartas partes de las frutas y frutos secos producidos en los EEUU son producidos en California, de acuerdo con el Departamento de Alimentación y Agricultura (DFA).

Pero muchos de esos cultivos tienen un consumo especialmente notable de agua. La agricultura representa alrededor del 80 % del consumo de agua en California, tal como explica Kelly Caylor, coautora del trabajo y profesora de la Bren School. En sus palabras, “El descenso del nivel de las aguas subterráneas y el cambio climático están ejerciendo presión sobre la disponibilidad del agua de riego, resaltando el carácter crítico que tiene determinar la forma en que podemos “hacer más con menos””.

Resultados Alentadores

Los modelos de simulación desarrollados por las autoras indican que el tipo de cultivo solo explica un 34 % de la variación del consumo de agua. En palabras de Anna Boser, “Lo que eso significa es que tal vez estemos descuidando algunas otras formas con las que podríamos ahorrar agua”. Lo que la llevó continuar investigando el modelo, controlando factores como la localización, la topografía, el clima local, la calidad del suelo y la edad de los frutales (cuando era aplicable). En definitiva, se podría ahorrar un total del 10 % de la transpiración del cultivo si el 50 % de los mayores usuarios de agua redujeran su consumo de agua hasta alcanzar el valor medio de uso de agua por parte de los agricultores vecinos. Boser atribuye esos ahorros a diferencias en las prácticas agronómicas.

Aunque un 10 % pueda parecer una reducción pequeña, es un valor comparable al conseguido con un buen número de otros tipos de intervenciones. Las autoras estimaron también el efecto de cambios de cultivos. Si el mismo 50 % de agricultores adoptasen los cultivos correspondientes a la media de los de mayor consumo de agua en la zona, la evapotranspiración agrícola se reduciría en un 10 %.

Por otra parte, si el Estado pusiera fuera de producción al 5 % superior de los campos con mayores consumos de agua, el modelo indica que la evapotranspiración agrícola descendería, como cabía adivinar, un 10 %. Lo que sugiere que resolviendo las ineficiencias de las prácticas agronómicas podría ahorrar tanta agua como la implantar el cambio de cultivos o el abandono de cultivos.