El portal del diario The New York Times, en su edición del 14 de diciembre, publica un excelente reportaje elaborado por Raymond Zhong, con el análisis de datos y gráficas de Mira Rojanasakul, titulado “¿Quién se apropia del agua en California? Quién llega primero”. El subtítulo del reportaje resalta que “a medida que el mundo se calienta, el Estado está inmerso en la reevaluación de unas concesiones de agua que han permanecido inalteradas durante generaciones”.

El reportaje ofrece una descripción bien documentada sobre la evolución histórica de los derechos del agua en un territorio que inició su andadura en 1850, con la incorporación de California a los Estados Unidos de América.

Como prueba de la singularidad de la gestión del agua en este Estado del oeste americano, el reportaje se inicia con el anuncio de que “la historia de las guerras del agua en California comienza, como lo hacen muchas otras historias en el Golden State (Estado Dorado), con el oro”.

El reportaje ofrece una descripción de la forma pragmática en que los primeros exploradores decidieron apropiarse de los recursos hídricos del Estado: “los exploradores que desde 1848 se sintieron atraídos hacia el Oeste llegaron a extraer fortunas de las entrañas de las colinas, barriéndolas con un agua que de forma obsesiva y en grandes cantidades obtenían de los ríos. Para implantar un cierto orden en todo ese caos, los recién llegados incorporaron en las incipientes leyes estatales un principio muy apreciado entre los exploradores: “el primero en llegar es el primero en servirse”. El único requisito para conservar ese privilegio fue la de mantener la utilización del agua para esa tarea. Dicho de otra manera: “o se usa ese derecho, o se pierde ese derecho”.

Desde una perspectiva de gran actualidad, otros párrafos del reportaje anuncian que:

California ha venido regulando los caudales fluviales durante más de un siglo. No obstante, no ha llegado a restringir las extracciones de aguas subterráneas de una forma rigurosa hasta hace poco más de una década. Los agricultores de muchas zonas habrán de encontrar la forma de continuar sus actividades utilizando menos agua en su actividad, o haciendo que sus vecinos lo hagan por ellos.

La forma en que California gestione sus recursos podría tener ramificaciones mucho más allá de las restricciones ocasionales del riego de parterres. En la enorme sección del sur del Valle del San Joaquín, los investigadores estiman que, para el año 2040, será necesario abandonar el cultivo de más de un cuarto de millón de hectáreas de tierras agrícolas, a fin de estabilizar los acuíferos de la región.

California está lejos de ser el único lugar del mundo donde la población actual debe reconciliarse con las decisiones tomadas por varias generaciones anteriores sobre el uso de la tierra, el agua y otros recursos compartidos. Una investigación documental realizada este año por el diario The New York Times ha permitido descubrir una situación nacional de emergencia en las aguas subterráneas y ha revelado un amplio fracaso en la forma de atender su explotación o incluso de hacer el seguimiento del uso del agua. No obstante, son pocos los lugares del mundo en que las riquezas extraídas de los patrimonios naturales han sido tan inmensas como en California. Es posible que no se llegue a disponer de nuevas opciones sobre cómo compartir ese patrimonio y así poder evitar el tener que reducir un cofre de riqueza u otro.

Disfruten de la lectura de este excelente reportaje histórico.