El pasado 19 de mayo, el diario Sacramento Bee publicó la noticia de que muchas ciudades californianas estaban anticipando el abandono de las restricciones obligatorias de agua, a la vista de las nuevas normativas estatales, según las cuales las compañías de agua tendrán la capacidad de establecer sus propios niveles de ahorro, a partir del 1 de junio de este año. Varias agencias del norte y sur del estado han llegado a predecir que el objetivo de ahorro de agua llegará a ser “nulo”, anticipando el temor de los grupos ambientalistas de que los ciudadanos vuelvan a recuperar sus formas derrochadoras de agua.

Desde la perspectiva estatal, las condiciones de sequía han mejorado ligeramente: el norte del estado ha tenido un buen invierno y los embalses están en buen estado. Pero el espesor de nieve en las Sierras sigue siendo inferior a la media y la mayor parte del estado sigue en condiciones de sequía. Lo que sí es notablemente diferente es el mensaje ofrecido durante esos días sobre la forma en que se implantará el ahorro de agua durante 2016. Las nuevas normas, adoptadas el 18 de mayo por el Consejo Estatal de Control de los Recursos Hídricos y que han entrado en vigor el pasado 1 de junio, permitirá que más de 400 agencias urbanas propongan sus propias normas de ahorro. Las agencias “auto-certificarán” un objetivo de ahorro, a partir de su propia valoración del estado de sus abastecimientos de agua y de su demanda local prevista.

El jueves siguiente, varias agencias del agua indicaron al diario Sacramento Bee sus expectativas de que una evaluación realizada según las nuevas normas les permitirá concluir que tienen suficiente agua, evitándoles así el tener que requerir a sus abonados una reducción en el uso del agua hasta a un nivel concreto. Esa fue la respuesta de las agencias de la región de Sacramento, donde un invierno relativamente húmedo ha rellenado los embalses y los suministros de aguas subterráneas siguen siendo importantes. Lo más sorprendente fue la respuesta similar que ofrecieron las agencias del sur del estado, donde las lluvias registradas este año han sido muy escasas.

Jay Lund, director del Center for Watershed Sciences en UC Davis indicó su acuerdo con estos cambios, propiciados fundamentalmente por el invierno húmedo registrado en el norte del estado. “Si continuáramos con unas restricciones generalizadas en todo el estado, incluso cuando al menos la parte norte goza de excedentes de agua en estos momentos, estaríamos generando una alarma injustificada. Una de las cosas que debemos salvaguardar en momentos de sequía es la credibilidad ante los ciudadanos”. Para muchos ambientalistas, este cambio de enfoque representa una retirada sorprendente, considerando que el conjunto del estado utiliza el agua como si gran parte de su superficie no fuera un desierto y que tan solo un año de ahorro obligatorio no es un tiempo suficientemente largo como para modificar los hábitos de uso del agua.

Por otra parte, el pasado 6 de junio, el portal digital del diario San Francisco Chronicle ha publicado una noticia en la que da cuenta de la continuidad en el ahorro de agua registrado por los ciudadanos del estado.

Los datos más recientes de ahorro de agua, comparados con los usos de agua en 2013, antes del momento álgido de la sequía, indican que el ahorro de agua alcanzado en el mes de abril de 2016 ha sido del 26,1 %. Esto ha hecho que la directora del Consejo estatal manifestará su satisfacción ante la continuidad del esfuerzo de ahorro por los ciudadanos y su deseo de que esas cifras se puedan seguir manteniendo durante la próxima estación estival.

El ahorro medio de un abonado urbano fue de 290 litros diarios durante el mes de abril, con respecto al mismo periodo de hace 3 años. Esa cifra es superior a los 250 litros por abonado y día registrados en marzo, pero inferior a los 340 litros por abonado y día ahorrados en abril de 2015. En conjunto, los residentes han reducido el uso de agua en un 24,1 % desde junio de 2015, lo que representa un volumen de agua suficiente para abastecer a 7,2 millones de ciudadanos durante un año, según el Consejo estatal.

La información sobre el ahorro de agua ha sido hecha publica justo después de que el Consejo estatal suprimiera el requisito general de un ahorro de agua del 25 % promulgado por el gobernador del estado el pasado año, ante la situación de emergencia registrada.