El portal de la emisora pública de radio KJZZ de la ciudad de Phoenix, en Arizona, publicó el pasado 31 de mayo un excelente reportaje de Allison Kotzbauer/Cronkite News titulado “Estas tres ciudades de Arizona están planificando añadir agua purificada a sus sistemas

Phoenix, Scottsdale y Tucson están considerando incorporar agua purificada directamente a sus sistemas de abastecimiento de agua, siguiendo las nuevas normativas del Departamento de Calidad Ambiental de Arizona. Aunque estas ciudades han utilizado históricamente agua purificada de forma indirecta, las nuevas normas permiten el uso inmediato del agua para consumo humano, tras la implantación de un riguroso seguimiento analítico y de vigilancia técnica.

A continuación se presentan en versión española varios párrafos del excelente reportaje de Allison Kotzbauer/Cronkite News.

Con unos suministros de agua menguantes, las ciudades de Arizona están explorando múltiples opciones para satisfacer las necesidades de agua de sus residentes. El pasado mes de marzo, el Departamento de Calidad Ambiental de Arizona ofreció a los municipios una nueva herramienta: la purificación avanzada de efluentes depurados permite ahora su incorporación directa a los sistemas de distribución de agua que abastecen los grifos de los residentes.

Durante años, las ciudades han venido utilizando agua purificada con métodos avanzados como una fuente indirecta de agua potable, recargándola en acuíferos u otras fuentes de agua, desde donde eran posteriormente extraídas, purificadas y distribuidas a la población.

La reciente normativa permite a las ciudades usar agua purificada con procesos avanzados de forma inmediata para su consumo directo.

El agua purificada con métodos avanzados es un agua depurada que ha sido sometida (además) a un proceso multi-etapa destinado a retener sus impurezas y cumplir con las normas de calidad del agua de consumo humano. Esos tratamientos incluyen la ultrafiltración, la ósmosis inversa, la desinfección con luz ultravioleta y la oxidación avanzada. En conjunto, esos procesos extraen los contaminantes y microorganismos patógenos, produciendo un agua que los expertos afirman que es segura y más limpia que muchas fuentes de agua tradicionales.

En palabras de Randy Matas, subdirector de la división de Calidad del Agua del Departamento de Calidad Ambiental de Arizona, “las nuevas normativas están diseñadas para asegurar que los sistemas de tratamiento del agua son seguros y flexibles, incorporando diferentes tecnologías y enfoques que permitan satisfacer unos altos requisitos de calidad. Aunque la idea pueda parecer nueva, la ciencia y la infraestructura consideradas existen desde hace décadas y una gran parte del agua que consumen las personas actualmente ha sido, de una u otra forma, ya previamente utilizada».

En palabras de Bryan Bouchard, responsable de comunicación de la ciudad de Scottsdale, “a medida que avanzamos hacia el suministro directo de agua purificada a los abonados, nuestra intención es que sea siempre una fracción de una mezcla de diferentes tipos de agua. Eso significa que el agua purificada no será el único producto ofrecido a los abonados, sino que estos recibirán una mezcla de agua purificada con el agua superficial que nos llega actualmente del Central Arizona Project, y de la que seguiremos disponiendo, aunque en menores volúmenes que en la actualidad”.

La ciudad de Phoenix también utiliza agua purificada de forma indirecta mediante la recarga del agua tratada en sus acuíferos, de los que luego la extrae para su consumo. La ciudad está considerando implantar su primer proceso de conversión directa de efluente depurado en agua de consumo humano, utilizando tecnología de purificación avanzada del agua en su estación de regeneración de agua de Cave Creek, para el año 2030.

La ciudad de Tucson está desarrollando una estación de purificación similar, para su entrada en servicio 2031.

Randy Matas indica que el interés por la utilización indirecta del agua se está popularizando, y se espera que pequeños municipios adopten estas formas de gestión a medida que aumenta la apoyo de las infraestructuras, la confianza pública y las normativas.

Para Bryan Bouchard, “la tarea no reside solamente en infraestructuras, sino también en prepararse para el futuro de las nuevas generaciones de Arizona. Estamos hablando no solo de nuestro futuro inmediato, sino que estamos considerando el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos”.

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