El portal UC Riverside News publicó el pasado 11 de junio un excelente reportaje de Jules Bernstein, directora principal de comunicaciones sobre investigación, titulado “Una explotación lechera californiana se propuso capturar el metano que produce. Y lo consiguió”. El subtítulo del reportaje indica que “el sellado de las lagunas de purines en una granja del Valle Central consiguió reducir dramáticamente las emisiones”.

A continuación se presentan en español varios de los párrafos del excelente reportaje de Jules Bernstein.

Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de California en Riverside (UCR) muestra la efectividad de los digestores de purines en las explotaciones vacunas, unas lagunas donde se almacenan purines, herméticamente cerradas para captar y reutilizar el metano que allí se produce. El estudio muestra que esos sistemas pueden reducir las emisiones atmosféricas de metano hasta un 80 %, un resultado que se aproxima mucho a las estimaciones que los funcionarios estatales utilizan en su planificación climática.

Los resultados del estudio, publicados en Global Change Biology Bioenergy, se han conocido en un momento en que California acelera las inversiones en tecnologías de control de metano, con objeto de satisface sus metas de reducir las emisiones un 40 % respecto a los niveles de 2013, para el final de la década. Aunque más de 130 de estos sistemas están funcionando en estos momentos en las explotaciones lecheras de California, su rendimiento real no había sido verificado con rigor hasta ahora.

En palabras de Francesca Hopkins, la climatóloga de UCR que lideró el estudio, “los digestores pueden tener fugas, y a veces las tienen. No obstante, cuando el sistema está bien construido y se opera cuidadosamente, las emisiones se reducen realmente. Eso es lo que hemos observado aquí”.

El metano es más de 80 veces más potente que el dióxido de carbono para el calentamiento de la atmósfera durante un periodo de tiempo de 20 años. En California, la mayor parte del metano proviene de las vacas lecheras. El gas no solamente proviene de los eruptos que las vacas emiten después de comer, sino de la forma en que los purines se almacenan. Cuando los purines se dejan al aire libre, en balsas llenas de líquido, se descomponen en ausencia de oxígeno y emiten metano a la atmósfera.

Recubrir las balsas con membranas impermeables permite la retención de los gases, que puede limpiarse y utilizarse como combustibles para sustituir el gasoil en camiones de gran tonelaje. En el emplazamiento del Condado de Tulare en que se realizó el estudio, los investigadores detectaron inicialmente la existencia de fugas en el sistema. La estrecha colaboración con el operador del digestor, California Bioenergy, permitió que el equipo investigador pudiera identificar los problemas. Una vez realizadas las reparaciones, los escapes de metano se redujeron.